El Primer Triunvirato es el nombre dado por los historiadores a la alianza política no oficial que formaron Cneo Pompeyo Magno, Cayo Julio César y Marco Licinio Craso, duró desde el 60 a. C. hasta el 53 a. C.
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La alianza secreta entre estos tres generales fue descubierta cuando la Ley Agraria de Julio César fue bloqueada por el Senado romano, y Craso y Pompeyo tuvieron que utilizar su influencia públicamente para lograr su aprobación. Después, los triunviros lograron hacer que Publio Clodio Pulcro fuera electo Tribuno del Pueblo, neutralizando el poder que los conservadores Marco Porcio Catón (Catón el Joven) y Marco Tulio Cicerón tenían en el Senado.[cita requerida]
El vacío de poder creado por la repentina muerte del triunviro vencedor motiva a la creación del Segundo Triunvirato, que enterraría definitivamente al bando optimate y a la República romana.
A comienzos del reinado de Nerón, varias tribus celtas se sublevaron contra la dominación romana en Britania. La figura clave de esta rebelión fue la reina Boudica. Bajo su mando y confiando en su superioridad numérica, los celtas arrasaron los asentamientos romanos más importantes, entre ellos la ciudad de Londinium, la actual Londres.
Boudica pertenecía al pueblo iceno, una tribu celta que habitaba las tierras situadas en el actual condado de Norfolk, al este de Inglaterra. Descendía de una familia aristocrática y ascendió al trono mediante su matrimonio con Prasutagus, rey de los icenos. El historiador romano Dión Casio la describe como una mujer de gran estatura, voz áspera, mirada fiera y aspecto aterrador. Su cabello era pelirrojo y le llegaba hasta la cintura. Vestía una túnica de múltiples colores y un manto grueso y en su cuello llevaba un torque de oro, símbolo característico de la nobleza celta.
Por causas que se desconocen Prasutagus murió en el año 60 d.C, y Roma acudió rápidamente a reclamar su herencia. Apoyándose en la ley romana que, a diferencia de las costumbres celtas, no reconocía el derecho de las mujeres a gobernar, los romanos devastaron el reino iceno, esclavizaron a parte de la población y se apropiaron de todos sus bienes. Ante esta situación Boudica se rebeló y Roma respondió de forma brutal, la reina fue desnudada y azotada frente a su pueblo y sus dos hijas violadas.
Furiosa por el trato que había recibido, Boudica pidió ayuda a un pueblo cercano, los trinovantes, a los que mas tarde se unieron otras tribus que se oponían a la dominación romana. Reconociendo su posición y su habilidad para el combate, Boudica fue nombrada líder de la rebelión.
Tras ser incorporado al Imperio Romano, el sureste de Britania había experimentado un rápido proceso de romanización, que dio lugar a la aparición de importantes núcleos urbanos como Londinium, Camulodunum y Verulamium.
Un grupo de soldados romanos logró atrincherarse en el templo, donde resistieron a dos duros días de asedio. Entre estos guerreros se encontraba Cayo Suetonio Paulino, uno de los mejores generales de Roma, conquistador de Mauritania y gobernador de Britania desde el 59 d.C.
Boudica llegó a este lugar montada en su carro de guerra y acompañada de sus dos hijas. Sus tropas eran muy numerosas pero estaban desorganizadas y divididas y nada pudieron hacer frente al orden y la disciplina romanas. Además los celtas cometieron un gran error, situaron los carros de transporte detrás de ellos, lo que les entorpecía la retirada.
Tras la correspondiente arenga a sus tropas, Boudica dio la señal de ataque. Los romanos permanecieron inmóviles, aprovechando la protección que les ofrecía el terrreno y abatieron a los celtas a distancia. Después comenzaron a avanzar en cuña, mientras la caballería arrollaba y dividía a las tropas celtas, entre las cuales comenzó a extenderse el miedo y el desánimo. Ante el imparable paso de los romanos los celtas trataron de huir, produciéndose una gran desbandada en la que numerosos guerreros murieron aplastados por sus propios compañeros o bajo las armas de los romanos.
El final de Boudica no se conoce con seguridad. Según Dión Casio la reina cayó enferma tras el combate y murió poco después. Otras fuentes afirman que se quitó la vida para evitar ser capturada por los romanos. Sus guerreros más leales la acompañaron en su final y le dieron un gran entierro, manteniendo en lugar de su sepultura en secreto.
La figura de Boudica cayó en el olvido durante mucho tiempo, hasta que fue redescubierta en el Renacimiento gracias a las obras de los historiadores Dión Casio y Tácito. Sus hazañas le permitieron obtener una gran importancia en Inglaterra especialmente en época victoriana, donde fue vinculada a la reina Victoria.
Durante los primeros siglos de la República, la política romana estuvo dominada por la lucha entre los plebeyos y los patricios, los aristócratas que controlaban el poder. Esta lucha política y social terminó fijando, según quién escribiera, esas imágenes del patricio tiránico y del no menos tiránico y descarado plebeyo. Algún tiempo después de la caída del último rey de Roma, Tarquinio el Soberbio, la ciudad estaba inmersa en una de las guerras contra sus vecinos que la hicieron famosa como potencia agresora. Entonces, en el año 494 a.C., se asistió a un espectáculo inédito: sus soldados, todos plebeyos, se negaron a combatir bajo las órdenes de los magistrados republicanos, todos patricios, y se retiraron a un monte cercano, para unos el Monte Sacro y para otros el Aventino. Allí hicieron saber de su descontento a los patricios.
Durante dos mil años, los historiadores han seguido el relato de la pugna entre patricios y plebeyos que hizo Tito Livio, del que hoy sabemos que contiene errores y mistificaciones. Mientras dice que no hubo cónsules plebeyos hasta el siglo IV a.C., los Fastos Consulares (las listas de cónsules que conservaban sus nombres) contienen nombres plebeyos ya en el siglo V a.C. Otras partes de su relato son difíciles de creer: que, por ejemplo, el conflicto fuese algo puramente político, solucionado sin derramamiento de sangre; y no de una vez, sino en un proceso que duró nada más y nada menos que doscientos años. Las concesiones a los plebeyos se realizaron en momentos de extrema necesidad por la existencia de invasiones o guerras muy peligrosas para la supervivencia del propio Estado. En todo caso, la larga duración de esta pugna parece indicar que ni los plebeyos estaban unidos en sus reivindicaciones, ni el recurso a la secesión dio todos los frutos esperados, ni los patricios se opusieron en bloque a conceder derechos a los plebeyos. La formación de una nueva nobleza de patricios y plebeyos enriquecidos cerró el conflicto entre ellos, pero abrió otro que enfrentó a esta nueva clase y los plebeyos pobres.
Resumen Se intenta plantear la idea de que el historiador romano de época augustal, Tito Livio, inaugura una nueva forma de escribir la historia, lo que podríamos definir como una historia-patria, que sería el resultado de la acción colectiva de los distintos grupos y clases sociales que habían actuado en el pasado, de sus conflictos y sus acuerdos. Esta interpretación se presenta como un aporte de Tito Livio, en contraposición a las historias tradicionales que solo se proponían poner de relieve el rol histórico cumplido por los linajes aristocráticos. La ecuación pasado-presente mantenía en Livio un fin moralizante, pero adquiere un sentido diferente, destinado a demostrar que si bien desde los propios comienzos de la etapa republicana podían registrarse serios enfrentamientos que respondían a razones de todo tipo (económicos, políticos etc.), ellos habían sido superados de manera costosa y gradual, debido a que finalmente habría logrado imponerse la voluntad de aquellos hombres que representaban de manera más equilibrada los intereses colectivos, promoviendo la cohesión social, la concordia entre las distintas clases y grupos, la concreción de objetivos comunes y promocionado el respecto por las leyes y las tradiciones.
Abstract It is attempted to state the fact that the roman historian from the August age, Tito Livio, introduces a new way to make history, what could be defined as a history-motherland, something similar to the result of a collective action of the different groups and social classes, which have acted in the past, of their conflicts and their agreements. This interpretation is presented as a Tito Livio's valuable contribution, in contrast with the traditional histories that only intended to demostrate the historical role perfomed by the aristocratic lineage. The past-present equation will be useful for Livio to continue accomplishing the moralizing purpose, but a different meaning is assigned to it, aimed at showing that from the beginnings of the republican age great controversies caused by all types of reasons (economic, political, etc.) could be registered. Those problems heve been overcome, though in a gradual and difficult way, since finally they could impose the will of those men who represented the collective interests, promoting social cohesion, concord between the different social classes and groups, and encouraging respect for the laws and the traditions.
En el último tercio del siglo I a. C., el historiador romano Tito Livio comenzó a escribir una monumental obra de 142 libros que abarcaba la historia de Roma desde la fundación, Ab urbe condita, hasta su propia época, algo así como ochocientos años de historia. De todos ellos solo han sobrevivido hasta la actualidad unos 35 libros que se refieren a la etapa más antigua de la historia tratada, llegando con los últimos, pero de manera muy mutilada, a las primeras décadas del siglo II a. C. De los libros posteriores se tienen noticias a través de numerosos fragmentos de epítomes tardíos. 2ff7e9595c
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